Cuando el cielo no se ve, por las nubes y las dudas
y el paraíso es solo tu cuarto a la hora del anochecer.
Y el miedo es que hoy no regreses, porque has dicho “hasta mañana”
y eso es demasiado tiempo y a saber qué pase, o a quién te encuentres.
Que cualquier cosa podría hacer que no quisieras volver a verme.
Una chica guapa que sonríe cuando pasas por su lado, o darte cuenta de que me tienes y que al haberme conseguido te canses de quererme.
Y el temor me recorre la sangre, y no quiero dejar que te marches, pero te beso en los labios y te digo adiós con la mano.
Y pienso que tú eres siempre,
el que me pierde y él que me tiene.
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