Personitas leyendo mí cabeza

viernes, 11 de abril de 2014

Vale las ganas.

Pena… Vale la pena… ¿Vale la pena?… Vale la ¿Pena? ¿Cuál pena? ¿Qué dolor? Vale el esfuerzo, valen las ganas, vale el tiempo. Vale… Valentía, valor. No me callo, lo grito fuerte en estas palabras que todos leen, pero pocos entienden. Vale escribirte, vale vestirte de letras incluso cuando insistes en quedarte desnudo. Valen las horas, la melancolía que me arrebata de entre la gente. Pena no, pena no contigo mi amor. Me tiemblan las manos, me quema la piel, pero nada de eso es pena. Yo no me aquejo, trato de fluir en este manantial de tristezas acumuladas. Pero no hay pena, esto que siento ahora forma parte del gran libro que estoy escribiendo. Vales mis letras, vales porque yo así lo he decidido, porque así lo quiero. Vales el tiempo que condenso entre estrofas y versos. Los puntos, las comas, los espacios en blanco. Tú no eres pena, no vales la pena. Vales el amor, las letras, mis dedos sobre la hoja de papel. Vales mi amor, reunido y entregado en estas líneas, lo vales vida.
– Corazón con alas de Petate, 
Mercedes Reyes Arteaga.


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