Al principio no fingías ¿verdad? Cuando hablábamos a todas horas, y no nos aburríamos de decir tonterías. Ahí te gustaba un poco, no me lo vayas a negar. Pero de eso hace ya mucho, tú tenías por ese entonces la edad que tengo yo ahora, y la misma sonrisa traviesa que me volvía loca. Y es irónico mirar al pasado pues nunca pensé que se repetiría, ojalá hubieras traído nuevos besos a parte de las decepciones. Quizá para la próxima vez que intentes entrar en mi vida yo ya sea fuerte y no te deje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario