Personitas leyendo mí cabeza

lunes, 21 de julio de 2014

Que lo sepas.

Que sepas que estoy pendiente de todo lo que tiene que ver contigo, que vigilo tus horas, tus palabras y tus contradicciones. Que recuerdo la época en la que no parabas de decir “honestamente”, y me gustaba que reiteraras tu sinceridad, porque nunca está mal que para variar me digan la verdad. Y tienes que saber que ahora sonrío al suelo si oigo tu ciudad, tu nombre o incluso tu edad, aunque no hablen de ti, aunque ni sepan quién eres y cuando me vean me digan “¿por qué sonríes? ¿Qué pasa? ¿De dónde sale esa felicidad instantánea?” Y yo contesto un simple “no es nada”, que es lo único que no te podría definir. Porque te pienso guardar para mí hasta que seas mío. Como un secreto sin esconder. Como el destino que tendré.
Y decirte también que discutir es sólo otra excusa para seguir hablando contigo. Que cuando me pongo triste es porque no te tengo cerca. Que si me enfado sólo tienes que decirme que no esté así y se me pasan todas las penas. Que me da coraje que duermas por si no me sueñas. Que mientras estudiabas para ese examen final yo sólo quería que aprendieras donde tenías que tocarme para que se me erizará la piel, que es algo mucho más importante que cualquier cosa que ponga en tus libros de persona que se gana la vida salvando otras. 
Que a veces te trataré de forma seca sólo para que te enteres de lo que fastidia pensar que molestas. 
Y que no te miento cuando te digo que eres la cosa más preciosa del planeta, que no tienes los abdominales de un modelo de esos que salen en las revistas de moda anunciando ropa interior, pero que tampoco te hace falta porque con esa boca nadie miraría a otro sitio. 
Y sé muy poco de ti pero nunca me voy a cansar de descubrirte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario