Personitas leyendo mí cabeza

viernes, 16 de enero de 2015

No te marches.

Interrumpes tu ausencia con palabras. Y el silencio se disipa como la bruma en la mañana. Es tu luz la que seca mis lágrimas, como rocío derramado en hojas que de nosotros hablaban. Tu cuerpo es calor. Calor que hace temblar sin que roces a mi piel blanca, calor que frena los temores que hay tras tu espalda. No te marches más si no es para aparecer en la puerta de mi casa.

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