Personitas leyendo mí cabeza

domingo, 1 de febrero de 2015

Celos.

De repente los celos me invadieron, no dolía tanto verla besarte o caminar de la mano contigo, no dolía su belleza, pero lo que sí hería hasta el rincón más recóndito de mí ser era la forma en que ella te hacía sonreír. Tú nunca habías reído de esa manera conmigo y eso me rompía. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario