Personitas leyendo mí cabeza

domingo, 1 de febrero de 2015

Lo que no se ve.

No eran la pareja perfecta. Ella era muy caprichosa, y el, él era él. Eran el día y la noche. Él era un chico respetuoso, ella una loca impulsiva. Discutían por tonterías. El prefería tomar algo en un sitio calentito, y ella amaba bailar debajo de la lluvia. Lo mejor de todo, es que los demás no apreciaban lo mejor. Él daría todo lo que tiene por hacerla reír, por verla feliz. Amaba dormirla a base de caricias y despertarla besándola en el cuello. Le encantaba ver como se emocionaba cuando le decía cuanto la quería. La amaba por encima de cualquier cosa. Lo que tampoco sabían era que a ella le costaba recobrar el aliento cada vez que le miraba a los ojos. Que la piel se le ponía de gallina cada vez que él acercaba su boca a su oído. Que fuera tan sensible y sincero la encandilaba. Era como tocar la melodía adecuada en el momento adecuado. Ella se sentía especial cada vez que le regalaba una sonrisa, o cada vez que la comía con la mirada. Se sentía orgullosa de decir, sí, es él. Es mi vida entera. Pero la gente no sabía esas cosas, probablemente tampoco las comprenderían, quizás porque son tonterías, o también porque nunca habían tenido nada parecido.

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