Personitas leyendo mí cabeza

martes, 14 de julio de 2015

Lágrimas.

Pero al verle las lágrimas seguramente comprendió que aquello que había estado oyendo no era risa sino ese raro sonido que en ciertos seres humanos se produce en ocasiones muy insólitas y que, acaso por precariedad de la lengua, uno se empeña en clasificar como risa o como llanto; porque es el resultado de una combinación monstruosa de hechos suficientemente dolorosos como para producir el llanto (y aun el desconsolado llanto) y de acontecimientos lo bastante grotescos como para querer transformarlo en risa. Resultando así una especie de manifestación híbrida y terrible, acaso la más terrible que un ser humano pueda dar; y quizá la más difícil de consolar, por la intrincada mezcla que la provoca. 
Ernesto sabato, 
sobre héroes y tumbas, 
1961.

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