Ya no me acuesto con otras,
Me resigné a no olvidarte,
A tomar el café con la mitad
De la azúcar y la compañía.
-
Me afeito la barba, para no sentir
El fantasma de tus manos sobre
Una cara que no ve demasiado de
Sol, ni mucho menos sale a ver
La luna, menguante, llena.
-
Ya me resigné a que fueras
Un vil espejo en el que andaban
Todos los pecados que no creen
En dios ni la virgen, todos esas
Faltas, que por lo menos creían
En ti.
Ausencias-
Francisco J Quintana
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