Personitas leyendo mí cabeza

viernes, 20 de noviembre de 2015

En este momento

En este momento, creo más en las canciones, que en las personas. He comprendido que tienes que ser tú mismo el héroe de tus noches, de tus reproches, de tus malos días, de las despedidas por las que apostaste todo, jurando que jamás llegarían.

Últimamente soy el autor de los finales caóticos, no sé por qué tengo la costumbre de pensar tanto en ellos y en la tristeza ensordecedora que viene después de dicho huracán. A lo mejor es porque soy un chico de finales, que de comienzos. Siempre encontré la manera de quemar las historias que otros me prometían en papel, porque sé, de antemano, que las promesas, al igual que las ilusiones y las esperanzas, son desilusiones y decepciones silenciosas que te carcomen el alma a medida que crees en ellas.

He visto sangrar a otros desde la herida, y sólo entonces comprendí lo que era madurar; es decir, no se trata de cicatrizar la herida, sino de ser feliz con ella. Porque tienes que saber que eres acreedor de tus heridas y que ningún tipo de saliva podrá remediar el ardor y el dolor que proviene desde adentro.

He visto vidas oscurecerse cuando los demás han visto una luz cegadora. Y también hay de aquellas que se apagan de golpe cuando pasan desapercibidas.

El amor es una promesa que luego el viento se la termina llevando. Cuánto enferma enamorarse de quien no puede ser, y cuánto salva enamorarse de quien ve en ti un paisaje digno de contemplar.

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