“¿Cómo
estás?” Nunca me había parecido una pregunta tan difícil de responder como
ahora… No, no es porque esté mal y no quiera decirlo, es porque he llegado a un
punto en el que no sé cómo me siento… Puedo estar bien un rato y reír como
siempre he hecho… Pero ahora, es distinto, todo ha cambiado, no me río con las
mismas ganas, no tengo la misma facilidad para hacerlo. Y, lo peor, es que,
cuando no me rio, que últimamente es casi siempre, me entristezco, me siento
rechazada, traicionada, engañada y, sobre todo, triste… Pero no me preguntéis
el por qué, he llegado a un punto en que ni siquiera entiendo mis pensamientos,
mis emociones. ¿Qué hacer cuando no te entiendes? ¿Cómo volver a ser la de
antes? Ahora me cuesta mucho confiar en la gente, confiar en sus palabras, las
palabras… Nunca me habían parecido tan efímeras, antes prefería acciones, pero
las palabras me valían mucho, ahora no, ¿Será por las promesas rotas? ¿Por las
palabras vacías? ¿Por los juramentos falsos?... Tengo tantas emociones en mi
interior, tanta contradicción en mí cabeza, tantas lágrimas acumuladas, tantas
sonrisas de mentira… En este momento lo tengo claro, prefiero sentirme mal con
motivos, que sentirme así, sin saber el por qué…

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