Mentiras,
mentiras, mentiras, todo una sarta de mentiras. ¿Qué pretendías? ¿Hundirme?
Pues lo has conseguido. Sí, sé que la verdad también me iba a doler, pero la
mentira me dolerá cada vez que la recuerde. Lo peor es que te creía y te
seguiré creyendo, ¿Por qué? Porque te quiero, eso es lo peor de todo, que aun te
quiero y te querré siempre. ¿Pero acaso importa? No, no importa. Tú estás muy
bien con ella, estás feliz, estás enamorado… Y sí, yo estoy sola, pensando en
ti, escribiendo de ti, mientras tú disfrutas el momento con ella. Pues
disfruta. Yo estaré bien, algún día… Pero más mentiras no, por favor.
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