Tiempo atrás, miradas que lo decían todo, sonrisas que ablandaban
corazones, gestos que gritaban lo callado. Lágrimas que me decían que todo
había acabado. Suelen decir que el primer amor, el de verdad, no traiciona… ¿Me
habré equivocado? Nunca sentí con nadie algo parecido, nunca… El problema, es
que, aun lo siento, y eso hace que cada vez duela más y más su traición. Pero…
¿Por qué llamarlo traición? Por las historias contadas, por los hechos vividos,
por las lágrimas derramadas, Cómo no pensar que la que sobra, la que es una
más, la engañada, la tonta… Soy yo. Ya no sé ni cómo sentirme, a veces, me
gustaría que él leyera alguno de mis escritos. Que me preguntara si todo está
bien. Que me demostrara, solo por una vez, que no fui tonta, que no me mintió
en todo, que llegó a necesitarme, que en más de un segundo pensó en mí, que…
¡Qué más da! Nunca leerá mis escritos, nunca me dirá nada, nunca… Por
desgracia. A veces un “lo siento”, no arregla nada, pero necesito escuchar uno,
lo necesito… Necesito volver a ser yo.
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