Personitas leyendo mí cabeza

jueves, 21 de junio de 2012

Lo conoces, eres fuerte, estás luchando.

¿Conocen ese sentimiento? Cuando solo estás esperando. Esperando para volver a casa, entrar a tu habitación, cerrar la puerta, caer en la cama y dejar que todo lo que guardaste durante todo el día salga. Ese sentimiento de alivio y desesperación a la vez. Nada está mal. Pero nada está bien tampoco. Y estás cansada. Cansada de todo y de nada. Y solo quieres a alguien para que esté ahí para ti y te diga que todo estará bien. Pero nadie estará allí. Y tú sabes que tienes que ser fuerte, por ti, porque nadie puede arreglarte. Pero estás cansada de esperar. Cansada de tener que ser la que se tiene que “arreglar” a si misma y al resto. Cansada de ser fuerte. Y por una vez, quieres que sea fácil. Que sea simple. Que seas ayudada. Que seas salvada. Pero sabes que no lo serás. Pero sigues esperanzada. Y sigues imaginando. Y sigues siendo fuerte y luchando, con lágrimas en tus ojos. Estás luchando.

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