Esta mañana, me he parado a pensar en cómo cambian
las cosas. Antes, nunca me había parado a pensar en lo afortunada que era de
tener a la persona que me gustaba cerca. Pensaba en que la distancia era
complicada, muy difícil. Pero, tienen razón, nunca sabes lo que es, hasta que
lo sufres. Y ahora, yo lo sufro. Me siento un tanto tonta por haber pensado
hace un año, que entendía el sufrimiento que conlleva la distancia. Ahora me
doy cuenta que nunca lo supe. Jamás supe lo que duele, lo mucho que duele, ni
lo fuerte que tienes que ser para soportarlo. Tener, a la persona que amas a
miles de kilómetros. Querer demostrarle que tu amor es sincero, pero, ¿Cómo?, a
través de una pantalla solo puedes decirle lo que sientes, pero las palabras se
las lleva el viento, y yo siempre he querido demostrarle lo que le quiero. Y no
solo eso, porque, te sientes sola la mayor parte del tiempo, da igual que estés
con amigas, con amigos, con tu familia. Sientes que te falta algo, te falta
él/ella. Y hay veces, que necesitas tenerlo cerca, abrazarlo, besarlo, quererle…
Aunque solo sean cinco minutos, serían cinco minutos a su lado, cinco minutos
con la persona que amas. Puede que a los que estén en una relación, pero los
dos cerca, digan que comprenden lo que es. Pero si no lo has sufrido una vez,
no, no lo sabes, yo también cometí el error de creer eso. Hay muchas parejas
que no se ven un día, una semana… Y están que no pueden soportarlo. Me pregunto
qué sentirían al no haberle tenido nunca cerca, al solo poder verle por una
pantalla, tener ganas de tirarte a la pantalla a ver si te teletransporta a su
lado, pero simplemente, eso es una tontería. Y puede, que muchos, al leer esto
piensen, “Pueden viajar”, pero no, no siempre pueden. Por nuestra edad, no
somos maduros, no sabemos aun lo que queremos, no somos independientes… Eso es
lo que siempre nos dicen. Pero, no pienso rendirme, no voy a dejar que gane, no
podrá conmigo. Distancia, muérete.
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