Personitas leyendo mí cabeza

viernes, 3 de agosto de 2012

Necesitaba desahogarme...


¿Tú quieres saber lo que no es fácil? Pasarme horas y horas, desde que me levanto hasta que me acuesto pegada a la pantalla de un ordenador esperando a que tú te conectes, para poder tener una conversación. Pero lo peor, es cuando me preguntas: ¿Cómo estás?... ¿Cómo quieres que esté? Me paso el día esperándote, suplicando que en algún momento yo aparezca en tu mente, que cada segundo que pasa no se desvanezca cada vez más mi recuerdo. Suplicando que estés bien, que no te haya pasado nada. Suplicando que no estés con ella, que no la estés abrazando, queriendo, besando, que ella no te esté abrazando, queriendo, besando… Que no estéis haciendo todo lo que yo querría hacer, si estuviera ahí, contigo, si no estuviera a unos putos 1693 km. Suplicando por un sms que no llegará. Suplicando por una sonrisa tuya cuando digan mí nombre. Suplicando por que te conectes y poder hablar contigo… Suplicando por poder decirte lo mucho que te amo y lo mucho que me importas, pero ni eso… Porque solo puedo escribírtelo, tampoco puedo demostrártelo, solo puedo imaginarme lo bonito que sería que tú estuvieras aquí conmigo, los dos solos, disfrutando de las nubes, de una película, o simplemente, no haciendo nada, hablando, queriéndonos, riendo… Pero no quiero parecer una desesperada, no quiero parecer una maniática, por eso, cuando me preguntas: ¿Cómo estás?, contesto: Bien, ¿Y tú? Cuando en realidad quiero decir: Mal, pensando en lo lejos que estás y preguntándome si alguna vez podré hablar contigo sin necesidad de usar una pantalla, mal… Suplicando que no me olvides. Suplicando que la distancia, esta vez, no nos gane.

No hay comentarios:

Publicar un comentario