¿Alguna vez te has preguntado a cuántos kilómetros se encuentra “esa persona”? Tal vez no sean tantos, pero si los multiplicas por las veces que aparece en tu mente, por las veces que dices su nombre o por las veces que desearías que estuviera junto a ti, esos kilómetros se hacen infinitos. Es mucho sufrimiento tener a kilómetros a quién quisieras tener a centímetros, es más… a quién quisieras tener tan cerca que ni si quiera un milímetro los separe.
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