Las cosas son distintas: hoy sueño mucho menos y grito mucho más.
Personitas leyendo mí cabeza
miércoles, 5 de diciembre de 2012
¿Por qué?
¿Por qué sería que no tenía ganas de soltarle? ¿Era tanta la necesidad de contacto? Lo único que sabía con claridad es que pagaría por volver a sus brazos y seguir ahí, por mucho tiempo.
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