¿Os ha pasado eso de no poder evitar decir lo que sentís? Pues a mí
sí. A veces, tengo la sensación de que si no lo digo, voy a reventar… Algo bueno, cuando lo que sientes
es felicidad, alegría, pero… ¿Y si estás triste? ¿Si te sientes dolida? ¿Cómo
decirlo? ¿A quiénes? ¿Cómo expresarlo? Pero sobretodo… El por qué te sientes
así. Unas veces, porque no tienes fuerzas de explicarlo; otras, porque no
quieres, o incluso no sabes explicarlo, encontrar las palabras idóneas… Y las
peores, esas veces en las que te sientes mal sin motivo, o quizás por muchos,
por todo lo que se junta en tu cabeza… No me gusta pensar, cada vez que lo
hago, me deprimo, sí, quizás suene tonto, pero… Me pongo a pensar en la
realidad, dejo de soñar por una vez y soy realista, con todo, con mi vida… Y
nunca acaba bien… ¿Soy buena en algo? ¿Se fijan en mí? ¿Le importo? ¿Me quiere?
Millones de preguntas se agrupan en mi cabeza, pero casi siempre me respondo
con un “no”… Quizás este equivocada, pero quizás, acierte en la mayoría… Pero…
No me rendiré, lo prometo.
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