En ese instante... fue rozando mis labios poco a poco, noté su aliento, él notó el mío, entonces, cuando apenas nos separaban unos pocos centímetros me dijo: Demasiado perfecto para ser verdad. Ahí, abrí los ojos, miré a un lado de mí cama, me encontraba sola... En ese momento, había despertado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario