Aquí
estoy, como de costumbre viviendo en mí cabeza. Pero, es que no lo puedo evitar…
Miro la realidad y es un auténtico desastre, parejas que fingen amarse,
solteros enamorados, sonrisas y sonrisas, pero nadie es feliz… Entonces te das
cuenta, de que el mundo en sí es una obra de teatro, una farsa. Consiste en
fingir que estás bien, mientras te destrozas por dentro por ser el mejor en
algo, por triunfar en tu carrera, en tus estudios, por ser mejor persona, por
ser aceptado por la sociedad que te rodea, por ser alguien que no eres. Pero
hay gente que se harta, sí, se harta y son como realmente son, nada de
etiquetas, nada de farsas… Admiro a esa gente, puede que gran parte de la
sociedad les dé de lado, pero deberían envidiarles, yo les envidio, y no me da vergüenza
admitirlo. No es que siempre tenga una máscara, es que prefiero quedarme
callada y crear un mundo en mi cabeza, o reflejar mi vida perfecta en pequeños
cuentos, pequeñas historias, aislarme de lo demás, prefiero todo eso, a tener
que escoger entre ser una más de la sociedad, o a que me echen de ella. Se
puede decir, que tengo un poco de cada. Pero ahora, sal a la calle, busca a esa
clase de gente distinta al resto, que destaque, pero no por lo que llevan
puesto, sino por lo que son, y dedícales una sonrisa, es lo mínimo que se puede
hacer, por las pocas personas que no llevan máscara, que te muestran sus caras,
sus sonrisas, sus llantos, sin importar el qué dirán, ellos son especiales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario