Nada de príncipes, yo quiero el plebeyo de mi cuento

         ¿Sabéis? No quiero un cuento de hadas, no, no quiero un príncipe azul, de esos altos, con ojos claros y musculosos. Ni un castillo donde mi legado sea ser una princesa en un cuento de hadas que terminará con el típico “y fueron felices para siempre”. No quiero nada de eso, no quiero doncellas, zapatos de cristal, castillos, vestidos de cola, coronas de oro… ¿Os preguntáis qué quiero? Simple, quiero un chico, me da igual cómo sea, si, no me importa si es alto, bajo, delgado, gordo, pelo largo, pelo corto, ojos claros, ojos oscuros; eso no me importa. Quiero a un chico que le de igual todo, que simplemente me ame con todas sus fuerzas, sin motivos, simplemente, porque así lo siente. Quiero que me vea al despertar, con el pelo revuelto y unas ojeras increíbles, y para él seguir siendo bonita. Quiero un chico que no me esté halagando a todas horas, que salga con sus amigos, incluso sus amigas, pero que no cambie por nada el hecho de pasar un rato conmigo. Quiero a un chico que se ponga celoso por tonterías, y así, demostrarme que le importo. Quiero a un chico que cuando esté despistada se me acerque por detrás y me abrace, y que yo, al alzar la vista y mirarle a los ojos, él sonriera y me diera un beso en la mejilla. Quiero a un chico que no me esté regalando cosas a todas horas, quiero un chico que su mayor regalo, sea su cariño. Quiero a un chico que recorra los lunares de mi espalda creando nuevas constelaciones. Quiero a un chico que si me hace llorar, que sea de la risa. No quiero a un chico que se vaya y regrese, no, quiero a un chico que quiera quedarse a mi lado. Quiero a un chico con el que poder ser mejores amigos, con un par de besos y caricias de más. Quiero a un chico al que le diera igual quedarse despierto hasta la madrugada, solo por hablar conmigo. Quiero a un chico que quizás no sea el mejor hombre del mundo, pero que a mis ojos fuera especial. Quiero a un chico que si me ve llorar, me abrace sin decir nada. Quiero a un chico que no sepa que es un encanto, así será aun más encantador. Quiero a ese chico, que por muy mal que esté, le resulte fácil sacarme una pequeña sonrisa. Quiero a un chico que cuando le nombres el amor, piense en mí y cuando digas mi nombre, piense en el amor. Quiero a un chico que no sea ni príncipe, ni caballero, ni espadachín, ni guerrero; pero que su conquista sea mi corazón y su corona nuestro amor.