Ya se me volvió un
hábito de todos los días buscarte entre las multitudes cada vez que salgo a las
calles. Aún si sé muy bien que no hay probabilidades de que estés aquí, aún si
sé que estás a cientos de suspiros alejado de mí. Aún queda esa pequeña
esperanza en mi corazón de que voltearé la mirada y tú estarás allí parado, haciéndome
feliz, existiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario