Siempre sobro...

-Yo solo quería hacerte feliz, darte cariño, ver que pudieses sonreír sin importar lo que pasara y demostrarte que yo podía cuidar tu corazón no importando nada más que lo que sintieses…

Solo quería enseñarte a amar, a querer, a valorar las cosas simples, a que juntos aprendiéramos de la distancia, que ya fuese entre nuestros cuerpos a kilómetros, con amor nunca era nada y así construir mundos mutuamente, solo quería ser eso que tu llamas “príncipe azul”, aunque de príncipe no tenga nada y de imbécil me sobre…

¿Que podía ofrecerte un sujeto como yo? Un tipo que vive lleno de sus ideas del pasado, que dejó pasar tantas chances como le dio la vida, que acorde a la sociedad es un don nadie por que lo único que hizo bien fue ser artista y los artistas mueren en el intento… -

No pude seguir, las lágrimas se me caían a mares…

Mientras alguien más lloraba por mi y por mi amor, yo lloraba por ti sabiendo que tu tenías a otra persona y que jamás me querrías lo suficiente…

-Vete- Me dijiste -Vete tan lejos que nunca más vuelva a verte, por que ahora te odio… Te odio por que me confundiste, por que me complicaste la vida, por que llegaste con tu aparente pinta de imperfecto y eras todo lo que yo quería pero no puedo hacerle eso a quien me quiere… Por eso vete, sale de mi vida, por favor te lo ruego… -

Tu suplica sonó tan desvanecida… Opte por dar media vuelta, tomar la motocicleta y dejarte allí, en el parque donde meses antes te había confiado una declaración de amor media absurda, pero amor a fin de cuentas… Pero ya era tarde, no podía irme y apenas dada la vuelta retorne apretando el acelerador para darte ese beso que necesitaba entregarte, y bueno… No me esperaba en realidad que el estuviese allí… (¿De donde salió? ¿Siempre estuvo allí? ¿Escucho todo?) Fueron tantas las preguntas en mi mente…

Y ahí lo entendí, él lo sabía todo, pero confiaba tanto en ella, que sabía que jamás le fallaría…

Yo sobraba…

Una vez más sobraba…

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