Personitas leyendo mí cabeza

miércoles, 19 de junio de 2013

Ella...

Ella va dejando trocitos de su cuerpo en cada cama.

Es un puzzle de las noches que pierde,

para creer que gana.

Ella llora cuando nadie puede verla

y ríe en público mirando al patio de butacas.

Ella es carne de musa para poetas desnortados,

y musa de carne de sus poemas secretos

cuando sólo el desconcierto la respeta.

Ella sólo puede coquetear con la tragedia

y no se rinde cuando la soledad ataca.

Colecciona desengaños y los clava en su almohada

para que le canten mientras duerme sola

esa historia de amor triste que esperaba.

Por miedo a que el olvido la lastime,

ella va olvidando de costado.

Y el olvido ya la hiere,

pero ella

aún

no se ha enterado.

Esa cenicienta que a veces se emborracha

para ponerle tu cara a un príncipe cualquiera

que se convierta en calabaza a las seis de la mañana.

Esa muchacha que llama a quien no debe,

que cuelga a quien la quiere las llamadas,

que lava sus penas en los bares

y tiende su corazón en las ventanas.

Esa mujer fatal para si misma

que fuma para nadie en los espejos

mientras las horas pasan sin tocarla

y aquello que soñó queda más lejos.

No intentes protegerla de si misma,

de algún modo ella ama esas heridas

que no podrás curar, sólo lamerlas.

No quieras cambiarle el argumento

ella teje su historia con derrotas

que escribe para seguir huyendo.

Por miedo a que la vida la atropelle,

ella va tocando la vida de costado,

Y la vida ya la quiere,

pero ella

aún

no se ha enterado.

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