Y lo que nunca voy a saber es de qué manera contaba él nuestra historia. El conocerla desde su perspectiva. Si acaso la encontró igual de bonita como yo la veía, o no la creyó para tanto. El saber cómo era yo a sus ojos. Si también era meticuloso con los detalles. No sé, ahora que la rememoro, me llega esa curiosidad de querer oírla y recrearla de su viva voz.
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