Te llamaste a ti mismo sombra y prendí la luz.
Te llamaste a ti misma vergüenza y yo me comencé a desnudar.
Te llamaste a ti mismo océano y entré a ahogarme.
Te llamaste a ti misma desierto y yo te lloré un mar.
Te llamaste a ti mismo fuerza y yo quiero acompañarte.
Te llamaste a ti misma veneno y yo dije -gracias-.
Te llamaste a ti mismo estrella fugaz y yo te deseo todas las noches.
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