Personitas leyendo mí cabeza

jueves, 25 de febrero de 2016

Abrazando.

Me estuvo abrazando todo el rato en medio de la oscuridad. Además, el suyo no era un abrazo normal. Era tan estrecho, tan fuerte, que parecía que nos fuésemos a fundir en un solo cuerpo. No aflojo la presión en ningún momento. Como si pensara que, en cuanto nos separáramos, ya no podríamos volver a reencontrarnos.
Haruki Murakami

No hay comentarios:

Publicar un comentario