Adiós. Hay muchas formas de despedirse: dando la mano, dando la espalda, nombrando fechas con voz de olvido, pensando en nunca, moviendo un ramo ya deshojado. Por suerte, a veces queda un abrazo, dos utopías, medio consuelo, una confianza que sobrevive. Y entonces, triste, el adiós dice que ojalá vuelvas.
— Mario Benedetti,
Adioses en defensa propia
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