A veces pienso que ojalá te hubiera hecho daño, como si así me fuese a doler menos que a mí me duelas tanto.
Pero casi siempre pienso, casi siempre me consuelo pensando, que tú sonríes lo que yo no sonrío, que estás bien todo el rato,
y no sabes lo feliz
-y jodidamente melancólica-
que me pone imaginarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario