De mareas inscritas con mi nacimiento
y tristezas adheridas a mi ADN
no conocía aún con qué facilidad
podía llover mis luceros en cualquier momento
Había llorado antes
pero jamás había sentido esa sensación
donde el corazón se estruja y los ojos llueven
de manera sincronizada
Y me asusta
Me asusta pensar que he llegado
a un punto donde las lágrimas recorrían
los caminos de memoria y sin previo aviso
solo revientan las olas
Que los momentos de felicidad
no tienen ese brillo en mí
Y que solo recargo cristales en mi alma
que reviven el recuerdo de alguna dama
y rompe toda mi calma
Llevo así tres meses
tres meses
sin un día sin llorar
sin un día sin estar triste
sin un día sin escribir
Y escribir duele
porque es
para
Ella
y no
esta.
— Brenda Ramírez
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