Entiendo la fragilidad con la que cambia sus estados de ánimo rápidamente,
el miedo que la abraza cada que le digo
“te quiero” y duda en responderme.
Entiendo también sus caprichos,
sus celos y su manía de hacerme creer
que “nada le afecta”
Comprendo porque a veces me aleja
y al otro se queja de que “me voy”
Y sé también que dudarían de creerme.
Y aunque confieso que a veces me costaba mucho entenderla cómo es: Yo la quiero.
Así, media idiota, complicada, engreída y loca.
Pero sobre todo me gustaría demostrarle
que no debe sujetarse el corazón cada que me habla, porque sí será correspondido.
Y quisiera hacerle entender,
que yo también soy frágil,
que ella me hace cambiar
mis estados de ánimos repentinamente,
que me muero de miedo
cada que le digo “te quiero”
y me destruye cuando no me responde,
que entienda que yo también tengo celos,
que me gusta que me engríen y que a veces cuando me alejo, dudo en volver…
Pero confieso que aun así:
Yo la quiero.
— Brenda Ramírez
No hay comentarios:
Publicar un comentario