Personitas leyendo mí cabeza

jueves, 8 de noviembre de 2018

Despedidas.

No me gustan las despedidas. 
No me gusta el sabor del te echo de menos que se me queda en la boca después de besarte por última vez antes de que te vayas.
No me gustan los nudos en la garganta que se me forman cuando te digo adiós con la mano, aunque por mis labios salga un “Hasta pronto” y no me gusta tener que tragármelos después por evitar que los ojos me lluevan. 
No me gusta que te hayas ido y que desconozca cuándo volveré a verte. Aunque sea dentro de poco, aunque estés conmigo en forma de canción.
Pero estaré esperándote, en la misma estación donde te abracé por primera vez, 
detrás de las vías, cargada de las maletas donde me has dejado todos los recuerdos que tengo que devolverte,
estaré aquí sentada, 
con el café que dejaste que se enfriara y con mi pintalabios a medias por el beso que me debes. 
Y todos los que nos debemos.
No me gusta sentir que te has llevado un poco de mí contigo, porque dime ahora cómo lo recupero si lo quiero, 
si te quiero, aquí conmigo y no puedo. 
No me gusta que el pecho me grite a mí que vuelvas, porque tú no le escuchas, que se ha quedado congelado porque sin ti está a bajo cero y que las horas no pasan desde que has cogido ese tren.
No me gusta que hayas roto cada punto de mis esquemas y que te hayas ido de rositas como si no hubieras hecho nada, 
que hayas hecho temblar mi coraza y hayas besado cada grieta que tenía.
No me gusta que te hayas convertido en debilidad y fortaleza, y que ya no quiera rozar con mis yemas ninguna espalda, que no sea la tuya con mis marcas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario