Personitas leyendo mí cabeza

domingo, 27 de enero de 2019

No sé querer a medias.

Te voy a contar un secreto.
O quizá varios.

No, no sé lo que es querer a medias. O no me importas o daría la vida por ti.
No sé si por suerte o por desgracia.

No sé quedarme si veo que va a doler.
Me alejo de puntillas y sin cerrar la puerta antes de que me pisen los dedos con ella.

Tengo miedo a que me hagan feliz. Mucho. Después de algo bueno siempre viene la caída. Por el precipicio. De cabeza. 
Y la hostia es más fuerte que ir con el coche a 200 km/h y pegar volantazo. 
Sin que salte el air-bag, pero sí los sentimientos.

Le tengo fobia a los “Te quiero”, a que no me cojan de la mano en Navidad y a despertarme cada mañana de nuevo con el edredón helado porque no hay nadie a mi lado.

No sé lo que pasa cuando te quieren de verdad y el pasado no quema por ambas partes.

Le he cogido un pánico terrible a las despedidas, más del que ya tenía, pero sigo adorando las estaciones de tren y el hecho de perderme en otra ciudad que no sea la mía. 
Sin nadie, conmigo.

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