Personitas leyendo mí cabeza

miércoles, 7 de marzo de 2012

La dulzura de un helado en una noche solitaria.


¿Qué filosofada puedo escribir hoy? ¿Empiezo desde el principio hablando de él y ella o directamente de yo contra el mundo? Lo que surja. Si es que, no puedo evitarlo. ¡No hay quién lo saque de mí cabeza! Miro a las parejitas por la calle, y me imagino ser una de ellas con él. Miro un jardín lleno de flores, e imagino que me regalo cientos de ellas en ramos. Miro al cielo, e imagino que estoy con él contando las nubes. Me acuesto en la cama e imagino que él está a mi lado abrazándome para que no me de frío. Bueno, supongo que todo lo que me imagino, es lo que hace con ella. Y así, sin más. Cuando veo que parejitas se me cruzan por delante, me los imagino a ellos dos. Cuando veo jardines con millones de flores, me imagino los ramos que le regalaría a ella. Miro al cielo e imagino cuántas nubes habrán contado ellos juntos. Me acuesto en la cama, y pienso en los abrazos que le está dando a ella a todas horas… Y lo que más me duele, lo que más me afecta, es que, mientras yo pienso eso. Puede que él lo esté haciendo todo en ese instante… Y es que, soy así. No es que me guste pensar, es que nací para ello, me guste o no. Yo solo, quiero sentirme querida, sentirme amada, importante para alguien, sentir la dulzura de alguien… Pero no tengo nada, absolutamente nada… Así que, buscaré algo que me sepa consolar, y que tenga alguna de esas características… Creo que me voy a comer un helado de chocolate.


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