Rodea con los brazos sus rodillas y se las
acerca a su pecho. La música acompaña la noche. Empieza a llorar. No lo soporta
más. Cada día se siente más sola. Odia su cuerpo, a sus padres, el poco tiempo
que queda de verano. Y por supuesto también tiene miedo. Miedo a quedarse más
sola de lo que se siente, miedo de vivir, miedo de perder, miedo de que la
olviden, miedo a si misma. Por eso llora todas las noches, a veces es lo único
que la salva de aquella terrible sensación.
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