Personitas leyendo mí cabeza

viernes, 6 de abril de 2012

Júzgame



      ¿Qué escribir cuando ya no te quedan palabras? ¿Y cuando ya no tienes fuerzas para buscarlas? Sin más, tanta desgana, tanto dolor, tanto esfuerzo, tantas cosas para nada. Llamadme rajada, llamadme lo que os de la gana, juzgadme, ya me da igual. Hay gente que lo habrá pasado peor que yo y que en estos momentos, lo esté pasando peor. Pero esto ya es demasiado para mi. Nada de fuerza, nada de esperanza, sueños, ilusiones, corazones, promesas, todo roto. Lágrimas escondidas, que ahora brotan por el más leve roce. Ya no quedan sonrisas fingidas, están agotadas. La confianza la perdí y no hay forma de encontrarla. Ni siquiera sé cómo encontrarme a mí misma. Necesito que alguien me diga que todo está bien, que ya se me pasará. Pero no hay nadie. Así que me lo repito a mí misma frente a un espejo… Cosa que lo empeora. El espejo me odia. Conoce todos mis defectos, mis carencias, mis temores, mis secretos… Conoce mi cuerpo y no le gusta. Solo ve cosas malas, muchos muslos, mucha barriga, espalda demasiado ancha, muy bajita, etc. Y me las muestra, me enseña todo lo malo que tengo. El problema es que, solo tengo cosas malas. Entonces me pongo a pensar, en que, quizás es cierto eso de que, solo importa el interior y no solo me doy cuenta de que es la mayor farsa existente. También me doy cuenta, de que mi interior no vale nada. No tengo una personalidad rompedora, soy un cúmulo de manías, un saco de cosas malas, cosas horribles. No soy nadie, no soy y nunca seré suficiente en nada. Cansada de pensar, cansada de debatir con el espejo, aquí me encuentro, frente a la pantalla del ordenador escribiendo estas palabras huecas. Sola en mi habitación. Preguntándome a mí misma si esto sería distinto, si mi mejor amiga, si alguien, si él… Estuvieran aquí, animándome, abrazándome, apoyándome. Quizás sí, quizás no. Mi cabeza está llena de mil preguntas, diez quizás y muchos no. Por otra parte, está llena de imágenes de ellos dos, de pensamientos de que ellos son felices, que las cosas son mejor así, que me alegro, y lo digo en serio, me alegro. Se quieren, se aman, se tienen, pues que disfruten. Pero sí, me duele, pero me acostumbraré, pronto estaré mejor… O eso espero. Yo nunca fui suficiente, y lo comprendo, el espejo piensa igual. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario