Personitas leyendo mí cabeza

miércoles, 11 de julio de 2012

Esa mujer es perfecta...


—Esa mujer es perfecta —decía.

—¿Verdad que sí? ¡Mira cómo camina! Sabe perfectamente mantener el paso de un hombre en tacones de más de 12 centímetros. Además, ¿viste qué buen gusto tiene? Claro, seguro que no le es difícil escoger el atuendo perfecto, ¿has visto qué cintura tiene? ¡Joder! Seguro que no ha de comer nada. Bueno ni hambre ha de sentir con todo lo que hace… ¿No le envidias un poco el hecho de que todos la amemos? Aunque, claro, bien que lo tiene merecido, ¡es divina! Lo que más le admiro, sin embargo, es la intuición que tiene con los hombres. Digo, ¿cuántos no se le han acercado para tomar ventaja de tener a una mujer así a su lado? Pero ella no da pie a ninguno, los conoce demasiado bien.

—¡Esa mujer es perfecta! ¡Perfecta! —repetía en un tono de énfasis.

Ninguno de ellos veía a través de los ojos de esa mujer: tan firmes y tan triste a la vez, tan sinceros. Pues si realmente ella era perfecta, no siempre había sido así.

Si tan sólo ellos descubrieran sus verdaderos sentimientos, ¿qué dirían al notar que su mujer perfecta está enamorada desde mucho tiempo de un hombre del que ella misma sabe que no la merece?

¿Qué pensarían si oyeran su llanto después de darse cuenta de que no todo está bien y de que las cosas por las que pretende no sentirse perturbada son aquellas que la sacan verdaderamente de quicio?

¿Qué admiración sentiría al entrar en su mente y escuchar cómo él le repite las mismas palabras al oído una y otra vez? Que no la quiere. Que no le pida algo que no puede ser. Que cambie. Que todo lo que ella creía y pensaba está mal. Que lo que ella siente por él no es de real. Que lo único importante en esta vida es ser perfecto.

La perfección. Eso era lo que él buscaba y lo que ella nunca pudo darle. Así que cambió, tal como él le pedía que cambiara y descubrió que la perfección se proyecta al no dejar a la vista tus puntos flacos.

Como él, precisamente. Él fue, era y seguía siendo su único punto flaco.

~El día que no te conocí (Tumblr).

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