“-Mamá,
¿puedo ir al hospital a ver a un amigo? ¡Él está enfermo!
- Claro,
¿pero qué tiene?
El hijo, con
la cabeza agachada, dice:
- Un tumor en el cerebro.
La madre,
furiosa, dice:
-¿Y quieres ir allá para qué? ¿Verlo morir?
El niño se
aleja y desaparece.
Horas más
tarde, vuelve rojo de tanto llorar, diciendo:
- ¡Oh madre, fue tan horrible, ¡él murió
delante de mi!
La madre,
molesta:
- ¿Y ahora?
¿Estás feliz? ¿Era digno de ver esa escena?
Una última
lágrima cae de los ojos del niño y acompañada de una sonrisa, dice:
- ¡Mucho!
Llegué a tiempo para verlo sonreír y decir: “Yo sabía que vendrías”
No hay comentarios:
Publicar un comentario