Es de las descaradas que no preguntan
por la salud
después del beso,
de las que abraza antes de la tormenta
y se moja contigo después de ella (…)
la de los besos guarros
y las sonrisas tímidas
que preceden a los besos guarros.
La valiente,
la que se deja llevar, sin preguntar,
por la cabeza,
contestando siempre con el corazón.
La sinvergüenza que grita
“¡Viva!”
Cuando alguno se muere por ella,
Por querer tocarla.
Excusatio non petita- Miguel Gane
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