Conformistas.

Resulta que como no nos queremos.

Nos conformamos.

Viene alguien y nos dice una cosa bonita.

Nos presta atención.

Se fija en nosotros.

Y de manera inmediata sentimos que le debemos algo.

Es el resorte de la falta de amor propio.

Porque como pensamos que no merecemos eso que recibimos.

Que en realidad no merecemos nada.

Lo que hacemos es devolverlo todo.

Resulta que como no nos queremos.

Cuando alguien nos muestra interés.

Le mostramos interés.

Sin preguntarnos si nos gusta o no.

Si es lo que deseamos o no.

Si lo que sentimos es amor.

Porque nos basta con que nos amen.

Resulta que como no nos queremos.

Hacemos muchas cosas en nombre del odio propio.

Aguantamos desprecios.

Seguimos ahí aunque a veces no nos traten bien.

Nos creemos que esa es la única manera.

Porque quién iba a cuidar de este gordo de mierda.

Quién iba a desear a esta fea.

Quién iba a quedarse.

Resulta que como no nos queremos.

Aceptamos todas las migajas.

Porque no sabemos si alguien más hará ese esfuerzo.

Si alguien más vendrá.

Y no le importará nuestra monstruosidad.

No sabemos si alguien tendrá de nuevo caridad.

Resulta que como no nos queremos.

Como nos miramos con ojos enemigos.

Le hacemos una guerra preventiva a nuestros cuerpos.

Nos separamos de ellos.

Nos desvinculamos.

Nos convertimos en tablas que flotan en un océano infinito.

Para que puedan salvar a quien quiera usarlas.

Resulta que como no nos queremos es muy difícil empezar a hacerlo.

No basta con decirlo.

Pero hay que intentarlo cada día.

Tenemos que tratarnos mejor.

Sobre todo para saber quiénes somos y qué necesitamos.

Para tomar las riendas de nuestras vidas.

Para no dejar la autoestima en las manos de los demás.

Para que cuando alguien decida pasar tiempo con nosotros.

Sepamos sin duda alguna.

Que es porque somos lo más.

- Roy Galán