¿No
tenéis a veces la necesidad de desahogaros? Claro que sí. La pregunta correcta
sería ¿Cómo os desahogáis? ¿Cantáis, bailáis, salís con algún amigo/a, todo a
la vez? Yo debo ser del último caso, pongo música, canto, bailo y por ultimo,
me acuesto, en la cama, sola, todo en silencio, sin música, miro hacia el
techo, pienso y si lo necesito, cierro los ojos, desconecto totalmente, en mi
cabeza se escucha música, la que necesite en ese momento, acompañada de las imágenes
necesarias, pueden que sean imágenes de él, puede que de ella… Sí, la persona
que le tiene a él. Bueno, os seré sincera, la frase no es “puede que piense en
él y ella…” la frase correcta es “siempre, pienso en él y ella”. No puedo
evitarlo, los seres humanos no podemos evitar no pensar, y en mis pensamientos
no puedo evitar que él siempre esté, pero, el problema: si él está, ella
también. No puedo evitarlo, a veces creo que soy sadomasoquista, ya que, estoy
feliz un rato, después me viene ella a la mente, y me hundo durante todo el
día, no lo hago a posta, me sale solo. No me juzguéis, y si lo hacéis, no me
entendéis. Pensadlo: Él está con ella, yo soy una más, yo no soy la
protagonista de la historia, soy un personaje que ni siquiera tendría por qué
existir, un personaje que siempre está y nunca se ve… Él es el príncipe que
mueve cielo y tierra para estar y amar a su querida princesa, ella. Yo soy una
simple plebeya recogiendo flores en el bosque por el que pasa el príncipe hasta
llegar a su fiel amada. Y sí, le quiero, le adoro, le amo… Y sí, me duele, me
destroza por dentro que en este instante, en esta milésima de segundo, quizás,
probablemente, esté con ella, regalándole sonrisas, caricias, palabras, besos…
Y yo aquí, pensando en él y escribiendo estas líneas. Me gusta imaginarme que
en un momento determinado, en un lugar cualquiera, por una leve brisa de
invierno, por un atardecer, por una tontería, le venga mí imagen a la cabeza, es
agradable la sensación de que, de vez en cuando, piense en ti… El problema, es
que eso es lo que me gusta imaginar, no la realidad. Últimamente, esté dónde
esté y esté con quién esté, me dicen mucho que estoy en otro mundo, y sí, es
cierto, estoy en mi mundo, en mi fantasía, estoy con él… Estamos en la playa,
en la arena, miramos al mar y hablamos, me rio, me rio mucho, tal vez, por mi
nerviosismo, y él lo nota, así que me besa, entonces me ruborizo y el me
abraza, mientras seguimos mirando las olas. Pero, después, de repente, en un
instante, estoy en un lugar determinado, con una persona cualquiera, lo
olvidaba… ¡Solo soñaba! Esto es el mundo real. Pero no, no reprocho nada, solo
me desahogo, lo necesitaba… Sí, me gustaría que estuviera aquí y que ella solo
fuera un suceso más sin importancia en su vida. Pero no es así, y lo comprendo…
La quiere, le quiere… Lo comprendo, lo juro. Eso no es motivo para que no
duela. ¿Sabéis? Mi cama ha dejado de ser cómoda para acostarme y mirar al techo
mientras me olvido del mundo. Estas palabras, no son ni la mitad de lo que
siento. La música, no está lo suficiente
alta, mis pensamientos gritan más que ella. De mi boca salen palabras, pero no
digo nada. Mis ojos no lloran, pero siento dolor… He vuelto a decaer, he vuelto
a desistir… ¿Me he rendido? Quizás, pero hay veces, que no puedes más.
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