Personitas leyendo mí cabeza

martes, 28 de febrero de 2012

Pasar de estación...


·Yhaiza se encontraba sola, él, su verdadero amor, se había ido, todo había acabado. ¿Cómo explicar lo que sentía con simples palabras? ¿Tristeza? No… mucho más, quizás hasta llamarlo dolor se quede corto… Es como pasar de estación: que ya haya sol y calor, no quiere decir que no queden flores marchitas de un otoño pasado.
    · “¿Qué puedo hacer?” Se preguntaba Yhaiza una y otra vez para calmar lo que sentía… Decidió ir a su lugar favorito, un bosquito, lleno de flores silvestres y hierba por doquier. Pero no sirvió para calmar su dolor, en cada sombra bajo un árbol le venía su imagen. Con cada pétalo de una flor, se acordaba de los ramos que le regalaba. Con cada brisa fresca primaveral, un recuerdo en su memoria. “Debo olvidarlo todo” Se repetía Yhaiza a sí misma. “Se fue y me dejó, no le importaba lo suficiente como para quedarse” Retumbaba en su cabeza una y otra vez. Decidió acostarte en la mullida hierba y mirar a las nubes, como solía hacer para olvidarse del mundo, mientras el mundo la llamaba. Al cabo de un rato se sentía mejor, más calmada, no estaba perfectamente, pero al menos ya no sentía que se iba a ahogar en un mar de sentimientos… De pronto, se sobresaltó al oír como unas ramas se partían al pisarlas, era un lugar muy escondido, así que la gente no solía ir por allí, miró a su alrededor, pero no vio nada ni nadie, así que pensó que serían imaginaciones suyas o alguna ardilla buscando comida. De pronto, desde detrás de ella una leve voz sonó:
-Hola… Sabía que te iba a encontrar aquí…                                                           
     ·Yhaiza se había quedado sin respiración, era él… era David, pero… ¿No se había ido?... Intentó pronunciar palabra, pero no pudo y él lo notó, así que continúo:
-Quiero que me escuches…
- No… no quiero- Pudo decir Yhaiza.
-Solo será un momento por favor… -Le suplicó él.
-No me hagas esto, no quiero escucharte… - Dijo ella, temblaba, tenía miedo  a sentir más dolor.
-No te pido que me des otra oportunidad, solo que me escuches, necesito que me escuches- Siguió suplicando David.
-Deje de buscarte, te deje ir, era lo que querías- Aseguró Yhaiza
-quería, o eso pensaba yo...- Agachó él la cabeza, pero en sus ojos se veía el arrepentimiento.
-¿Y ahora qué?- Yhaiza no sabía cómo sentirse, cómo tomarse las palabras que le decía.
-Ahora quiero estar contigo, y lo peor es que lo sé desde el primer momento en que me llamaste por mi nombre- David le miró a los ojos con surcos de tristeza en el rostro.
-Es tarde...-Dijo, pensando en todo el dolor que le había causado.
-Sé que es tarde, y me duele haber tardado tanto en darme cuenta, solo estaba asustado. Me asustaban mis sentimientos, me asusté y...
-...Para ya…-Le interrumpió Yhaiza.
-Y si estoy aquí, ahora, es por que el temor a perderte es más fuerte- Dijo él, hablaba con el corazón, la miraba a los ojos… Pero Yhaiza se volteó, no quería que la viera llorar, no quería que viera su dolor…-No voy a irme otra vez, y no voy a dejar que te alejes de mí, me da igual que no me hables, que me odies, que no quieras verme, no lo haré. Una vez me hiciste prometer, que pasara lo que pasara nunca te dejara alejarte de mí...- Continuó David, y la abrazó, el abrazo más sincero jamás conocido…-no voy a romper esa promesa...- Concluyó él.
-¿Pase lo que pase?...- Le preguntó Yhaiza, algo insegura…
-Pase lo que pase- Contestó él, con mucho amor, pero sobretodo, con la mayor seguridad posible.
Yhaiza sonrió, sabía que hablaba en serio, el miedo se había esfumado y se había llevado al dolor consigo. David, al cual le encantaba verla sonreír, le rozó con una leve caricia y le dio un beso en la mejilla. Entonces le dijo:
-Yo no soy un príncipe, pero, ¿Te gustaría ser la princesa de mi cuento?
                Entonces Yhaiza estaba segura, ese era el comienzo de una bonita historia.


Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario