Personitas leyendo mí cabeza

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Estoy agotada.

Llega un punto en el que no puedes más, te sobrepasan las clases, no quieres levantarte, no quieres hablar con nadie... Eso me pasa, lo único que me apetece es tumbarme en la cama, apagarlo todo y olvidarme del mundo, es como si todas las barreras que he pasado hasta ahora fueran simples montículos de tierra, ahora que he llegado a una pared de ladrillo me he dado cuenta de que no basta con clavar los pies y apoyar las manos, aquí si clavas el pie te lo rompes, y si apoyas las manos te caes. Estoy en ese punto en el que ni siquiera intento continuar, solo me levanto y hago las cosas que se supone que debo hacer, sin motivación, sin energía y sin un ápice de felicidad, ¿se supone que después de tanto esfuerzo para atravesar las barreras te vendrá una cada vez más difícil? Yo no quiero dejarme la piel en ello para que cuando se me acaben las barreras mi corazón decida dejar de latir. Entonces, ¿de qué habrá servido atravesar barreras? Estoy en ese momento en el que mi felicidad no se basa en acabar los estudios, trabajar o formar una familia; en este momento lo único que quiero es decir "mi vida es solo mía." y ser feliz sin barreras, sin obligaciones, sin cargas... Solo quiero sanar mis huesos y curarme heridas, solo necesito un descanso.

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